Hace apenas dos años, las ventas de vehículos en Colombia vivían una de las mejores temporadas de su historia, con ventas que rompían todas las marcas.
Eran épocas en las que los colombianos compraban autos nacionales e importados cada vez más baratos por la caída del dólar, y las exportaciones de las ensambladoras nacionales iban sobre ruedas.
Pese a que las tasas de interés registraban alzas por la política monetaria del Banco de la República, comprar auto nuevo a crédito era relativamente barato, mientras los precios de los usados iban en picada.
Sin embargo, en el 2008 las cosas cambiaron y la industria automotriz nacional comenzó a frenarse ; llegó la crisis mundial en la que se vieron envueltas las principales automotrices del mundo como General Motors, Ford y Chrysler. La situación mundial empeoró y hoy algunas de ellas están al borde de la quiebra pese a las ayudas recibidas, especialmente por el gobierno de Estados Unidos.
En Colombia, la situación también empeoró y las ensambladoras nacionales (CCA, General Motors Colmotores y Sofasa) comenzaron a hacer ajustes que incluyeron recortes de personal.
Por eso, la semana pasada el Gobierno anunció un plan de ayuda al sector con un cupo de crédito de Bancoldex por 500.000 millones de pesos para que las entidades financieras tradicionales otorguen créditos para compra de autos a menores tasas de interés y plazos de pago más amplios.
Frente a la petición del presidente Uribe de que los bancos otorguen crédito para vehículo a plazos más largos de los actuales, los propios banqueros son cautelosos por considerar que esto puede resultar más costoso para los usuarios.
Señalan que más allá del plazo, los compradores tienen en cuenta otros aspectos para adquirir vehículo a crédito, especialmente si están o no en capacidad de pagar sus obligaciones.
Los usuarios saben que a la hora de comprar auto a crédito, la mejor alternativa es tratar de pagarlo en el menor plazo posible. La razón bien puede ser que al contrario a la vivienda, donde el inmueble se valoriza con el tiempo, los vehículos pierden valor y pagarlo a largo plazo resulta muy mal negocio para el bolsillo.
“Actualmente, el sector financiero ofrece diferentes alternativas de financiación para las personas que quieren adquirir vehículo nuevo o usado. Teniendo en cuenta que el crédito promedio de un vehículo es casi dos veces el de un crédito para libre destinación, se ofrecen plazos que sean flexibles para los clientes, de tal manera que se brindan alternativas de tiempo acordes con el flujo de caja mensual de cada persona”dice Adriana Parrado, responsable de medios de pago y financiación al consumo del Banco BBVA Colombia.
De todas maneras, el Gobierno es optimista con su plan y, según el ministro de Comercio e Industria, Luis Guillermo Plata, para un auto que cuesta 22 millones de pesos, a un plazo de cinco años, la cuota pasaría de 542.000 a 489.000 pesos mensuales.