En 2013 Colombia seguirá estando en el radar de los inversionistas extranjeros, pese a que hace más de 20 años no arranca un gran proyecto de minería y sólo el 10% de su territorio ha sido explorado.
Existen en Colombia 8.832 títulos mineros, 6.263 solicitudes mineras, un gran número de proyectos en etapa de exploración y en procesos de licenciamiento ambiental, con una minería ilegal mecanizada desbordada y escasez de infraestructura que le permita al sector ser competitivo en la región.
A esto se suma la oposición de algunos sectores a la minería, la falta de delimitación de los ecosistemas, la articulación de las entidades del Estado y una normatividad minera.
Pero pese a esta situación, el interés por los minerales del país es creciente , lo que hace pensar que se trata de un boom que llevaría a Colombia a convertirse en un país minero pero sostenible.
De acuerdo con este argumento Colombia podrá avanzar rápidamente en el camino indicado, ya que el Gobierno desarrolló herramientas para fortalecer al sector.
La creación de la Agencia Nacional de Minería (ANM) permitirá hacer subastas para explorar los 22,5 millones de hectáreas de áreas estratégicas declaradas para el desarrollo de esta actividad.
Además, con la reforma a la Ley de Regalías, el sector podrá hacer un control, para el que se destinarán $360.000 millones; el año pasado sólo se destinaron $5.000 millones.
En el último censo minero, en el que se encuestó a 14.537 unidades de producción minera (UPM), se encontró que sólo el 37% de ellas están amparadas con un título minero.
También se identificó que el 47% de las operaciones corresponden a minerales no metálicos, 31% a metálicos, 22% a carbón y 2% a piedras preciosas.
El 72% de las UPM tienen menos de 6 empleados, el 27% entre 6 y 100 empleados y sólo el 0,7% tiene más de 100 trabajadores. El censo reveló, además, que sólo el 35% de las UPM pagan regalías y apenas el 25% paga la salud de sus empleados.
Uno de los retos de la Cámara Colombiana de Minería, de la Asociación de Minería a Gran Escala y de Asomineros de la Andi es lograr la formalización de los mineros y hacer una minería autosostenible.
Pero la tarea no sólo es del Gobierno, también de las empresas que cumplan con los pactos de autorregulación a los que se han comprometido. Uno de los desafíos de los gremios mineros es unirse en uno solo o unificar criterios.
Expertos consideran que la lucha contra la minería criminal es más difícil que contra el narcotráfico, ya que tras el cultivo y el procesamiento se obtiene un producto ilegal, mientras que la minería arroja un producto legal, pese a que el proceso se haga de manera ilegal.