Pese a que la vida de millones de colombianos ha mejorado en los últimos años, el estado de la creciente clase media se caracteriza por una gran vulnerabilidad, lo que provoca que viva en una verdadera ” cuerda floja”.
La clase media en Colombia crece. Según el Banco Mundial (BM), el porcentaje de personas que en el país sudamericano pueden contarse como de clase media pasó del 15 al 28 por ciento en la última década.
Un estudio confirma que cerca de dos millones de nuevos hogares colombianos ascendieron a la clase media en la última década, duplicando su tamaño.
El año anterior la economía colombiana creció en un 5,8 y se prevé que en 2013 lo haga en un 5 por ciento, el tercer mejor desempeño de América Latina. Dicho estudio parte de que de los 45 millones de habitantes de Colombia, hay unos 13,8 millones de ciudadanos con recursos de clase media, 16,5 millones que devengan menos que estos y 1,38 millones de ricos.
De lo anterior se concluye que 13,32 millones de colombianos no aparecen en las estadísticas porque o pertenecen al sector informal, viven en la extrema pobreza o en la indigencia.
El concepto nacional de “clase media” varía de acuerdo a los parámetros y condiciones económicas y sociales de cada país.
El citado estudio de movilidad social incluyó a personas con ingresos mensuales de hasta 5.500 dólares como pertenecientes a la nueva clase media colombiana.
Sin embargo, los parámetros de ingresos de la clase media adoptados por el Banco Mundial incluyen hogares con ingresos mucho más bajos que oscilan entre 10 y 50 dólares diarios por habitante, o sea empleados que devengan entre 300 y 1.500 dólares al mes.
Teniendo en cuenta que el salario mínimo vigente en 2013 en Colombia fue fijado en 380 dólares mensuales, la brecha entre la misma clase media es grande. Y aún más, si con un salario mínimo en Colombia se debe mantener a cuatro personas en promedio.
En vista de tal fragilidad, en Colombia hay quienes prefieren hablar solo de pobres y ricos, toda vez que allí el bienestar de la clase media se basa en el crédito de consumo.
A la volatilidad del estatus de clase media se suma en Colombia su reducido tamaño, en comparación con otras grandes economías de América Latina. En Chile, por ejemplo, la clase media supera el 50% y en México, el 40, según datos oficiales.
Es un hecho que la pobreza en América del Sur ha caído de manera sostenida durante la última década. Esto, gracias a la combinación de condiciones económicas favorables y políticas sociales.
Pero aunque en Colombia se han dando similares condiciones, las cifras son menos alentadoras. Mientras que la pobreza en Chile es del 7,1 y en México del 17,4%, en Colombia diversas fuentes la calculan entre el 30 y el 37 por ciento.
El rezago de Colombia en la disminución de la pobreza y la desigualdad se debe, entre otras causas, al conflicto que vive desde hace más de medio siglo. La violencia narco-guerrillera ha tenido un impacto desproporcionado sobre la población civil y, en particular, sobre la población pobre rural.
Esto, además de victimizar a los hogares, destruye activos, inhibe la inversión y debilita los mercados.
“Esta es una clase que se caracteriza porque, al pasar el umbral de ingreso, dispara el consumo” declaran algunos operadores. Así lo confirman las cifras de una de las mayores cadenas de tiendas colombianas de productos para el hogar. En la medida en que crece la clase media, las compras en almacenes del Grupo Éxito también aumentan. Voceros de este grupo indican que la adquisición de bienes durables pasó del 7 al 25 por ciento de su gasto mensual en el último año.
Es más, la modesta mejora económica parece estar llegando hasta los bolsillos de quienes trabajan sin contrato laboral ni prestaciones sociales.