El paulatino desacelere del crecimiento mundial que se observará durante el primer semestre del 2013, seguramente empezará a notarse en las materias primas industriales como el platino, cobre, paladio, aluminio entre otros.
A pesar de que las inyecciones de liquidez provistas por los bancos mundiales seguirán siendo un punto de apoyo de los precios, la gran incógnita para los mercados del 2013 será el comportamiento de la crisis de la Euro Zona, pues una escalada de la misma llevaría una nueva ola de aversión al riesgo, que sin duda afectaría negativamente a los commodities.
Aunque en general los metales son propensos a recibir los embates en el marco de estas circunstancias, es esperable que el oro, el gran abanderado de los metales preciosos, se beneficie a consecuencia del impulso que recibirá por factores de riesgo dominantes, destacando la política monetaria, mediante tipos de interés bajos y amplia liquidez y el riesgo sistémico que magnifica el atractivo del oro como un activo donde refugiarse.
No obstante, el factor que podría limitar la concentración de inversiones en este metal preciado es la evolución del dólar, ya que el temor al riesgo también apoyaría a esta moneda como moneda refugio e inversión segura.
En el mercado energético prevalece la idea de que el petróleo oscilará alrededor a los niveles actuales, excepto si rebrotan las tensiones en la región de Oriente Medio; se espera que los precios se mantengan altos hasta 2013 apoyados en una combinación de problemas de suministro y mayor demanda.
Por el lado de la demanda se verá favorecido por las medidas de estímulo adicionales en EE.UU., así como por el repunte estacional del cuarto trimestre, ya que es la temporada de mayor consumo de combustible de calefacción. De acuerdo con la previsión del banco australiano, la demanda de petróleo crecerá en promedio 1,8% en 2013, procediendo el 2,5% de EE.UU. y el 5,9% de China, que se enfrentan al estancamiento del consumo en Europa.
Por otra parte, también se anticipa la disminución de l diferencia entre el Brent y el West Texas Intermediate por la pérdida de cuota de mercado del crudo europeo en el Golfo de México, a los crecientes suministros domésticos en EE.UU. y una mayor producción de líquidos no convencionales en Canadá.
En la segunda mitad de 2013 se debería observar una aceleración del ciclo económico tanto en Estados Unidos como en China; y aunque Europa se quedará atrás, también podría apreciarse una ligera aceleración. Si la crisis del euro ve cierto grado de progreso, y las tasas de interés comienzan a estabilizarse, esto debería ser positivo para los productos industriales.
En cuanto a los metales preciosos, algunos operadores apuestan a que la escalada de precios será limitada. Tal es el caso de BNP Paribas, que recientemente rebajó el precio objetivo del oro en 2013 a 1,865 dólares por onza en comparación con los 1,900 dólares previstos en septiembre, aclarando que el repunte del oro depende de la mejora del desempeño de las tres mayores economías del mundo.