Sabemos que la industria pesquera o sector pesquero es la actividad económica del sector primario que consiste en pescar y producir pescado, mariscos y otros productos marinos para consumo humano o como materia prima de procesos industriales, especialmente los de la industria alimentaria.
Según estadísticas de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción pesquera mundial a principios del siglo 21 fue de 130,2 millones de toneladas. Además de las capturas comerciales, 37,9 millones de toneladas fueron producidas en plantas acuícolas.
En la última decada se ha hecho cada vez más evidente que la explotación pesquera ha diezmado severamente las poblaciones de ciertos tipos de pescados marinos, tales como el bacalao, que según el Fondo Mundial para la Naturaleza podría desaparecer en 15 años a ese ritmo.
Un sector de la industria pesquera que parece permanecer en buen estado de producción es el de la pesca de agua dulce en Canadá. La industria de la pesca comercial en Manitoba está formada por cerca de 3.600 pescadores que producen el 25% de las capturas de agua dulce de Canadá; el lago Winnipeg es el mayor caladero comercial de especies de agua dulce.
En Colombia, considerando que la producción pesquera y acuícola ha crecido un 52% entre los años 1991 y 2001, se prevé que para el año 2030 la oferta crezca un 60% que representa cerca de 285 000 toneladas.
Este incremento se dará con base en el gran dinamismo que ha tomado la acuicultura, tanto de los productos ya tradicionales (camarón, trucha, tilapia y cachama), de aquellos promisorios (pargo, ostra, bocachico, carpa y yamú), así como de la pesca marina (atún, dorado, calamar y algunos recursos de la pesca blanca).
También es importante el aporte de los productos importados, entre los cuales se destacan los procesados de alto valor agregado y pescados frescos o congelados, bien sean enteros o en filetes; a ello contribuye la política global de mercado externo tendiente a reducir y eliminar las barreras arancelarias entre las regiones.
Desde la perspectiva de la demanda también se prevé un paulatino crecimiento en la medición del consumo per-cápita, el cual si bien ha mostrado una desaceleración en las estadísticas oficiales desde 1998 cuando era de 6,5 kg/año/persona respecto al 2001 que llegó a 5,03, la aceptación en el mercado demuestra una tendencia ascendente gracias al mayor reconocimiento de sus cualidades nutricionales y la disponibilidad en el mercado de productos de diferentes precios y presentaciones, accesibles a la mayoría del público.
En tal sentido, se espera que para el año 2030 este indicador llegue a 10 kg/año/persona, lo cual se logrará no sólo con el crecimiento de la oferta sino también por el impulso que el sector público y privado den a la realización de campañas masivas para promover el consumo de productos pesqueros y acuícolas, con énfasis en la población más joven por ser la más susceptible a modificar y ampliar sus hábitos de consumo.